me estremezco con delicia...

Me estremezco con delicia siempre que vuelvo a ver un rostro cuyos rasgos me agradan. Con los retratos no me sucede lo mismo. Si los miro demasiado frecuentemente, dejan de atraerme; por supuesto que ni siquiera echo una mirada a las pinturas del biombo que está cerca del lugar donde habitualmente me siento.
Los rostros bellos ejercen una fascinación especial. En los objetos, por ejemplo en un florero o un abanico feos, hay siempre algo que puedo contemplar con placer. Podría suponerse que lo mismo sucediese en las caras pero, lamentablemente, no hay nada que elogiar en una cara fea.
Los rostros bellos ejercen una fascinación especial. En los objetos, por ejemplo en un florero o un abanico feos, hay siempre algo que puedo contemplar con placer. Podría suponerse que lo mismo sucediese en las caras pero, lamentablemente, no hay nada que elogiar en una cara fea.
sei shonagon
2 Comments:
Que hermoso post!!. Y que bello el comentario que me dejaste con relación a los kaleidoscopios, nunca había pensado en la vida y sus miles de colores y formas kaleidoscopicas.
Beso.
cierto, es muy cierto
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